Monday, May 10, 2010

No hay otra alternativa que tartamudear

Compañeros no hay otra alternativa que TARTAMUDEAR ... No luchemos contra la tartamudez ... relajémonos un poco ... No hay obligación de mejorar ... Se puede hacerlo pero no hay obligación ... Dejemos que los HIJOS DEL RIGOR hablen de OBLIGACIONES ...

Nosotros hablemos de invitación ... Invitémonos a vivir ... a tartamudear sin preámbulos ... Sepamos que siempre existe la hermosa posibilidad de ser nosotros mismos ...

Descubramos y conozcamos hasta la última de nuestras vergüenzas públicas y privadas ... Desovillemos hasta la peor de nuestras culpas ...
Pidámonos perdón ... No estamos sucios ... no le debemos fluidez a nada ni a nadie ... No tenemos que demostrarnos que somos como los demás ...
¡Porque no somos como los demás! ... No perdamos el tiempo tratando de fingir o maquillar lo que no somos ... En vano castigarse por cada atasco impiadoso.

Seamos nosotros mismos ... Es falso que la tartamudez impida una vida plena ... No menospreciemos la posibilidad de ser únicos e irrepetibles.

Un tartamudo original es aquel capaz de tartamudear sin vergüenza y sin culpa ante cualquier circunstancia ... De eso se trata ...

Muchas veces nos atascamos y sufrimos más el qué diremos que el qué dirán ... Pero siempre es más fácil enojarse con el qué dirán.

No hay peor tartamudo ... que aquel que no quiere tartamudear ... Y piensa que si obtiene mayor fluidez será igual a los demás y tendrá las mismas oportunidades ... Ese está muerto en vida ... Corre una carrera ciega y alocada ... Quiere obligarnos a todos a que luchemos y suframos como él ... No tolera ni puede asimilar la diferencia ... Se resignó mucho antes de salir del armario ... Su propio fantasma lo persigue ...

No permitamos que el fantasma de la tartamudez nos persiga, seamos nosotros mismos, tartamudeemos….

Rubén
Mayo de 2010

Tuesday, October 20, 2009

Una historia que se repite con frecuencia.

La tartamudez es percibida por los tartamudos como algo único e irrepetible, que a nadie más le ha pasado, pero la verdad es que nuestras vivencias son mucho más comunes de lo que nos imaginamos. A continuación les presento este desgarrador relato, que hizo recientemente un compañero de nuestro Grupo TTM-L y el cual refleja experiencias y sentimientos que en algún momento de nuestras vidas, en mayor o menor grado, hemos tenido que afrontar nosotros los tartamudos:

Tengo 23 años y soy tartamudo desde los 6 o 7 años. Durante mi adolescencia y juventud mi tartamudez se ha ido incrementando de una manera sorprendente. En el colegio yo no le daba importancia a mi tartamudez, a pesar de que mis compañeros si lo notaban, se burlaban de mi forma de hablar y hacían chistes. Sin embargo, cuando entré a la universidad ya fue un mundo completamente distinto. Los meses pasaban y cada vez estaba peor. Mi mente también sufría transformaciones, mis pensamientos variaban a lo que solía pensar antes. El centro de mi mundo era mi tartamudez.

¿Acaso es tan difícil curar la tartamudez? A veces me miraba al espejo, abría mi boca y me preguntaba: ¿hay algo que no tenga yo y que tengan los demás? Muchos consejos que escuche fueron estúpidos, como habla lento, cálmate, cuando te trabes tranquilízate, respira profundo, etc. El consejo más importante fue de mi tío que me dijo "consíguete una rubia", ja,ja, como si fuera tan fácil. Dado esta situación comencé a investigar sobre la tartamudez. No obtuve ningún logro, sólo sé que es algo psicológico que provoca una reacción física. Ahora ya me siento como el pobre Charles Van Riper que murió sin haber encontrado la cura a la tartamudez a pesar de haber jurado a su árbol de abedul que lo haría.

Era fácil conversar con los amigos que recién conocía porque no era necesario utilizar lenguaje complejo. Bastaba con lo más simple, y si no podía pronunciar alguna palabra, la cambiaba por otra. Lo difícil era cuando tenía que hablar en público, o leer algo frente a todos. Y a pesar de que fui aprobando mis materias, mi tartamudez se hacía mas y mas complicada. Cada vez habían mas exposiciones, debates, etc. Mi ca-beza no dejaba de pensar en ello, incluso aunque faltara meses para una exposición. Algo gracioso es que cuando llegaba el momento de exponer, solo me ponía nervioso para comenzar, y fingía mi voz haciéndola mas gruesa como impostándola, aunque esa no era mi voz. Luego de exponer me asombraba de que lo había hecho bien. Pero para mis compañeros no, yo era un desastre.

Creo que la tartamudez me fue destrozando por dentro, cada vez me sentía más y más limitado, no podía hacer cosas que antes si podía. Para colmo mis "amigos" con los que había comenzado la carrera ya ni me saludaban (traidores), todo estaba peor. La presión fue tanta por las exposiciones, que abandoné muchas materias, reprobé otras, y me atrasé unos dos a tres años con respecto a mis compañeros. Por suerte mis padres comprendían la situación y me dijeron que lo tomara con calma y al siguiente semestre estuve con una sola materia.

Lo crucial es que mi ira fue tanta contra la sociedad, el mundo, e incluso contra Dios, que decidí proseguir con mis estudios pasase lo que pasase, total, si la gente me odiaba, me rechazaba, o discriminaba por mi forma de hablar, pues me importaba po-co. Sin embargo, ese era el momento en que mi tartamudez ya era crónica. No podía ir a la tienda a comprar algo, no podía hablar con mis amigos así como lo hacía antes, peor aún era hablar por teléfono. Sentía tanto terror a enfrentarme a la tartamudez que hasta pensé en suicidarme. Por suerte soy muy cobarde para hacerlo, estuve paseando por el puente de mi ciudad y tenía toda la oportunidad para saltar del puente y acabar con el sufrimiento, pero NO,... soy un cobarde. Y mi familia especialmente mi hermanita no soportaría la idea de que me fuera de este mundo. Creo que lo hice por ella y por mi familia.

Una vez de vuelta a la universidad, tuve que pasar un montón de situaciones como nunca en mi vida me imaginé que iba a pasar. Me sentí humillado, destrozado, acabado, hice los ridículos más grandes de mi vida. Y todo esto me dolía mucho, a ve-ces no podía contener las ganas de llorar, claro que lloraba estando solo en mi cuarto. Pero no me daría por vencido pasase lo que pasase. Fui aprobando materias, repro-bando otras, pero al final pude llegar hasta donde estoy ahora. Actualmente estoy haciendo mi Proyecto de Grado o como llamamos mas comúnmente la Tesis. Mientras tanto todos estos años yo iba donde mi madre y ella me decía que fuera a psicólogos, fonoaudiólogos, neurólogos, tipos que practicaban hipnosis, etc. Pero todos estos sólo tenían un solo objetivo: sacarnos dinero.

Aun no dejo de pensar que esto es un simple sueño, no me lo creo que este en ultimo año de mi carrera y a punto de defender mi Proyecto de Grado. Ya las exposicio-nes no me dan el mismo temor que antes, ya que no se puede caer más bajo, enton-ces ¿qué me cuesta hacer el ridículo una vez más? Mi familia no comprendía como diablos estaba aprobando en la universidad, si apenas podía comunicarme con ellos.

Finalmente el tan esperado día llego: era solo un panel en privado con los jura-dos pero aun así estaba muy, muy ansioso, podía sentir en mi garganta el latido de mi corazón mas rápido de lo normal, el sudor en la frente y escalofríos en la espalda, mi mano temblorosa, y aun así estaba ahí junto con mis compañeros de estudio, que hasta hablan por los codos. Como quisiera participar como ellos lo hacen en clase, como quisiera dar mis opiniones. Aun con tanta desventaja estaba ahí.

Entonces entré a la sala y comencé mi exposición aún bajo los efectos de los fármacos. No me gusta leer de las diapositivas porque tartamudeo, así que solo coloqué puntos importantes para recordarme de lo que tenía que decir, pero con mis propias palabras. Desde el principio comencé a tartamudear, y a pesar de que asistí a clases de meditación y yoga, mi cuerpo temblaba, y me balanceaba para forzar que las palabras salieran por mi boca; a veces hacía una previa expiración para palabras más difíciles. Lo complicado vino cuando tuve que leer el objetivo general, limites, alcances, etc. Me tomaba más o menos 15 segundos pronunciar una palabra, y de repente hablaba de corrido, y otra vez el bloqueo. Mientras mi jurado ni me veía a la cara, porque se pasaban ojeando mi Proyecto de Grado. Y mi tutor también con la vista hacia abajo. Al final luego de un montón de preguntas que me hicieron queriendo aprovecharse de mi debilidad en el habla, acabo mi martirio.

Nunca había sentido algo tan especial en mi vida, una sensación de tranquilidad, serenidad, de satisfacción. No hay palabras para describirlo. Simplemente en ese momento era "el tartamudo más orgulloso de todo el mundo".

Aún después de esto, me da mucha pena el no haber podido realizar tantas co-sas en mi vida. Abandoné muchos cursos de oratoria, abandone muchas materias para no exponer, nunca expresé mi opinión frente a los demás, no hago cosas que quisiera hacer por temor a tartamudear, y sobre todo aun sigo sintiendo ese miedo, esa extraña sensación que te deja traumado para siempre.

Cada vez que tengo que hablar en público, ese demonio que aunque lo pisas y destruyes, vuelve a aparecer más fuerte, aun pienso en suicidarme, no hablo con nadie, me quedo pensando todo el tiempo, no me interesa lo que piensen los demás de mi. No tengo novia, (nunca tuve una), no sé porqué, creo que soy muy bruto para eso. Aun recuerdo al niño de 5 o 6 años sentado en su pupitre pensando en su propio mundo, muy calladito y tranquilito, mientras los demás, aprovechando la ausencia de la maestra, iban saltando de banco en banco, arrojando papeles, corriendo por el curso, molestando a las niñas, etc.

Bueno, a veces pienso que sigo siendo ese niño, soy muy sensible a todo, soy un llorón, y cada día ando mas deprimido de la vida, mis padres se hacen cada vez más viejos, mis hermanos y hermanas ya pronto formarán sus familias, y yo sin saber qué rumbo tomar, no sé qué haré de mi vida si ni puedo comprar algo en la tienda. Y ya siento que no tengo ese aliento que me decía que sufrir un día más en la vida valdría la pena, todo valdría la pena, desgarrarse el alma, romperse la cabeza con tantos pensamientos, etc. todo valdría la pena. Ahora lo pienso: ¿Realmente vale la pena?"


Octubre de 2009

Monday, November 24, 2008

No se convivir con mi tartamudez

Un nuevo miembro de nuestro Grupo de Apoyo TTM-L nos relata sus vivencias:
Tengo recuerdos muy vagos de mi infancia, recuerdo que con unos 10 años ya planificaba mi vida en torno a cuando tenía que hablar... "el lunes tengo clase de lengua, el martes de ingles, por la tarde sociales" así que me tocaba pasar miedo los domingos y los lunes, esperando que llegase el momento, el día, la hora en que me tocase hablar.
Años después con ayuda psicológica me he dado cuenta de la ansiedad que he sufrido, el miedo que he pasado, que vida...
Los años pasaron, terminé mis estudioss ecundarios y toco ir a la universidad, mi tartamudez empeoro yo creo que debido a que cada vez hablaba menos, si, curioso.
En la universidad apenas me tocaba hablar en clase, pero cuando tenía que decir algo era peor que hasta entonces.
Unos años después mis padres me llevaron a una logopeda, no pudo hacer nada, yo conocía las técnicas, los procedimientos a seguir, pero nada de eso sirve cuando la ansiedad que nos produce el hablar es tan grande.
De ahí fui a una psicóloga, trató de disminuir la ansiedad que me producía hablar y anticipar acontecimientos en los que fuera probable que me tocase hablar. Algo mejoré, decidí en la medida de lo posible hacer las cosas que quería sin evitar situaciones, personas. Pero eso no duro mucho.
Pasó algún tiempo más y fui empeorando, hasta decidir que algo tiene que cambiar y llegar a este Grupo.
Lo peor de todo esto es que el evitar hablar me ha dejado solo: hace años que no recibo un abrazo cariñoso y eso me esta matando poco a poco...
Debo confesar que en estas lineas he sido más sincero que con mis familiares, incluso con los médicos que intentaron ayudarme.

Noviembre de 2008

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Thursday, February 28, 2008

La Tartamudez nos ayuda a ser fuertes

La tartamudez nos ayuda a ser fuertes, si no tuviéramos este defecto nuestras preocupaciones serian otras, pero obviamente tendríamos otros problemas, solucionando la tartamudez no será la solución total a nuestros problemas. Además, esta vida no tendría sentido sin los RETOS y el superar este trastorno es uno de ellos.
Si todas las cosas nos salieran a la perfección sin ningún inconveniente no disfrutaríamos cuando ganemos por que no hemos experimentado perder. Lo que le da sentido al día es que hay noche, lo que le da sentido a la risa es que existe el llanto, lo que le da sentido a la compasión es que existe la indiferencia, lo que le da sentido a la tartamudez es que existe gente fluida.

Eidelver
Febrero 2008

Wednesday, February 27, 2008

Pensamientos Negativos

La tartamudez es un trastorno del habla que hasta el momento no tiene cura conocida. Existen muchos métodos y muchos tratamientos que se promocionan como exitosos. A veces funcionan con relativo éxito. Lo más común es observar una mejoría inicial y luego una inevitable recaida.
A este respecto, Pablo, hizo un comentario que deseo reproducir para Uds.. El dijo "Creo que uno de los peores pensamientos negativos del tartamudo es sentirse cumplable por no haberse curado. El tartamudo siente culpa cada vez que tartamudea. No puede evitarlo en ocasiones y en otras sí puede. Le gustaría creer que puede curarse y diversas opiniones alredededor le hacen pensar ello es posible. La culpabilidad cierra así su círculo perverso y permite que la tartamudez se adueñe cada día más de nuestro ser. Para mí, que soy un tartamudo severo, la mejor noticia de los últimos años es que no me curaré".
Comparto plenamente su manera de pensar.


Pedro
Febrero 2008

Friday, February 08, 2008

Uno de los lados "feos" de la Tartamudez

Uno de los lados más feos de la tartamudez es el silencio , el llevarla en silencio sin poder compartirla con otras personas . Los pensamientos negros hacen nido en tí y van creciendo haciéndose cada vez más grandes , más fuertes , más arraigados .
Sacarlos a la luz , hablar de ellos , es empezar a difuminarlos , a empequeñecerlos , a ir quitándole importancia .

Luis
Febrero 2008

Hay que quitarle importancia a la Tartamudez

La tartamudez es una condición que nos tortura hasta tal extremo que creo que sería raro el encontrar un tartamudo o tartamuda que no haya pensado en que la vida no merece la pena ser vivida con este problema.
Muchos tartamudos hemos deseado ser mudos o hemos pensado o idealizado un mundo donde la comunicación no se realice de forma verbal. Yo mismo, cuando era joven, trataba de desdeñar (sólo para mis adentros) la comunicación verbal, pensando que mi tartamudez sólo era una muestra de que los seres humanos podemos "elevarnos" y comunicarnos de otra manera.
Mi opinión es que la tartamudez esta sobrevalorada en nuestras vidas, que es un gran monstruo al que alimentamos con nuestros temores, miedos, dudas, desconfianzas sociales, ansiedades y tristezas. A la tartamudez y a sus consecuencias sociales y psicológicas hay que dejar de darles el prestigio que quieren tener y, somos nosotros los tartamudos, los únicos que podemos dignificar esta condición, pasando de la ocultación del problema a mostrarlo tal y como es.
Cuanto más se alimenta a la tartamudez más se tartamudea, cuanto más se oculta más aparece, cuanto más nos importa más importancia tiene. La tartamudez es paradójica y cruel. Mi opinión es que hay que desnudarla, y hay que hacerlo en público, cuanto más público mejor. De esta manera podemos lograr quedarnos con nuestra tartamudez física y dejar o minimizar las carga sociales y psicológicas que produce. Yo lo he hecho y me ha ido bien.
Creo que la tartamudez no se merece que le demos tanta importancia como para entregarle nuestra vida (que es lo único que tenemos) y que, como dijo el maestro Charles Van Riper (el cual intento suicidarse varias veces), "La vida merece la pena ser vivida...aun tartamudeando"
Fernando Cuesta
Febrero 2008

Wednesday, September 05, 2007

Lo que más nos duele

Un mexicano, miembro de nuestro Grupo de Apoyo TTM-L nos comenta: "Que la gente critique nuestra forma de hablar con una actitud prepotente no es lo que más duele; duele que nos hagan sentir que lo que queremos decir pasa asegundo plano y “no tiene derecho” a ser expresado si no es de manera fluida, carismática y oportuna (o con ortografía Cervantina, en su caso). Después, estamos tan cansados de tratar, que los mensajes se acumulan, uno tras otro, en esa pila cada vez más alta de frases que nunca dijimos por miedo a que no salieran de forma fluida…"

Septiembre de 2007